Capítulo 87
Alicia ve a María aparecer y en el fondo de sus ojos se asoma una sombra de impaciencia.
¡A veces el destino realmente es desagradable!
Siempre te encuentras con las personas que menos deseas ver.
María se acerca con falsedad: —Alita, ya hace mucho que te fuiste de casa. Raúl también está preocupado por ti, por eso congeló tus tarjetas de crédito. No te preocupes demasiado.
Alicia, con un semblante indiferente, recuerda cómo en su vida pasada sufrió mucho después de que le congelaran las tarjetas de crédito.
Ahora entiende que solo con independencia económica puede lograrse una verdadera independencia personal.
Laura interviene directamente: —Ya basta, María, deja de alardear. Si Alicia quisiera regresar, podría volver a ser la señorita de la casa en un instante. Y tú, nunca lo serás.
María se enfurece tanto que aprieta los dientes, detesta que mencionen su origen.
Alicia ignora a María y se dirige a la empleada: —Quisiera probar estos dos vestidos.
La empleada, sabiend
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