Capítulo 11
Después de un largo viaje de más de doce horas, Marta llegó a París.
Sus padres, Samuel y Gisela, la esperaban en la puerta de embarque y, al avistar su figura, corrieron a recibirla con efusividad.
—¡Marta! ¡Estamos aquí!
Después de seis meses sin ver a sus padres, el ánimo de Marta, hasta entonces decaído, se revitalizó al instante, y corrió hacia ellos para fundirse en un abrazo.
—¡Papá! ¡Mamá! ¿Cuánto tiempo han estado esperando?
Samuel, tomando el equipaje, y Gisela, abrazando y besando a su hija, mostraron su alegría en su tono de voz.
—Un poco más de una hora, no es mucho. No estamos cansados, pero tú debes estar agotada después de un vuelo tan largo, ¿verdad?
No importa su edad, cada vez que Marta está en los brazos de su madre, se siente como una niña y no puede evitar querer actuar mimada.
—Sí, estoy exhausta, mamá, ¡tendrás que cocinar muchas delicias para curar mi corazón herido!
Gisela le rozó la nariz con cariño, mirándola con ojos llenos de indulgencia.
—Comilona, pide l
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