Capítulo 64 Tiempo para Hablar

Ana quedó sin palabras ante mi réplica, limitándose a sentarse en silencio mientras sostenía la mano de Yago. Mientras tanto, yo aguardaba con paciencia el resultado de los abogados. El departamento legal de Grupo López es realmente impresionante, sobre todo en el manejo de este tipo de problemas. —¿Te apetece algo de beber? ¿Quizás algo dulce? De repente, Yago se acercó a mí, visiblemente incómodo. Sabía que realmente pensaba que sufría de hipoglucemia. Antonio se levantó de inmediato:—No te preocupes, yo iré a comprarlo. Yago lanzó una mirada furiosa a Antonio y luego tomó el lugar que este había dejado vacante. Sacó unos trozos de azúcar de su bolsillo y me los ofreció: —Si tienes hipoglucemia, deberías llevar siempre azúcar contigo, come uno si te sientes mareada. —Son de tu sabor favorito. Te compraré chocolate importado en otra ocasión. En ese momento, volví a sentirme aturdida. Cuando estábamos en la universidad, Yago no tenía mucho dinero, pero siempre encontraba la manera de