Capítulo 60 Devolviéndotelo
Resulta que Yago había estado insistiendo a su abogado para que consiguiera la libertad bajo fianza de Ana. Ahora que estábamos dispuestos a aceptar la mediación, ella también podría ser liberada, naturalmente.
Observando la cara de disgusto del abogado, no pude evitar sentirme impotente; él realmente había tenido dificultades manejando los asuntos de Yago todos estos años.
María aceptó la oportunidad que se le presentó y firmó el documento de reconciliación sin dudarlo.
El policía añadió algunas instrucciones adicionales y le hizo a Ana firmar un compromiso antes de permitirle irse definitivamente.
Sin embargo, apenas salimos de la estación de policía, Ana dejó de llorar y nos miró con resentimiento.
—Clara, siempre supe que solo te importaba el dinero. ¿Acaso la empresa de Yagito no vale más que eso?
—¡Nunca has amado a Yago, siempre has estado tras su dinero!
—Eres una mujer codiciosa, ¿qué derecho tienes de estar al lado de Yagito? ¡Solo consigues que sea objeto de burlas!
Yago,
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