Capítulo 14 Ganas de Vomitar

Al día siguiente, mi tía me informó que había completado los trámites, y fue entonces cuando supe que ya debería haberse ido. —Clara, de hecho, quería hablarte de esto desde temprano, pero temía que pudiera afectar tu recuperación. —Siempre tuve dudas sobre llevarme a Max, por eso gestioné los documentos, pensando en si realmente no podrías cuidarlo. Su hijo ya le había pedido que se mudara a Estados Unidos, pero ella estaba algo preocupada por Max. Para facilitar su partida lo antes posible, su familia incluso había gastado bastante dinero. Yo insistí en darle dinero, pero ella solo negó con la cabeza. —Buena chica, sé que no es fácil para ti, ¿qué familia de nuestro barrio no tiene dificultades económicas? Solo tú. Mi apuro y mi pobreza son bien conocidos en el barrio. Que Yago traiga mujeres a casa es algo que también muchos saben. A sus ojos, soy una mujer pobre y triste. Nunca he ocultado esta realidad, simplemente nunca hablo de mi dolor. Quizás solo Yago piensa que ha sido extre