Capítulo 98
Natalia entró empujando la puerta con una voz animada.
Víctor, con un gesto casual, dejó los documentos a un lado. Su rostro, usualmente inexpresivo, se mostraba aún más distante: —Señorita Natalia...
—¿Por qué tan formal? —Natalia se quejó coquetamente. —Víctor, cuando nos conocimos, fue con la intención de empezar una relación amorosa.
—¿Quieres irte por tu cuenta? —Víctor no tenía tiempo para perder con ella. —¿O prefieres que llame al guardia para que te acompañe fuera?
Natalia se acercó a su escritorio, apoyando ambas manos sobre él.
Con la cabeza inclinada, preguntó: —¿Tienes que ser tan despiadado?
Víctor ignoró su comentario y sacó su móvil, dispuesto a llamar a seguridad.
Natalia detuvo su mano rápidamente: —¡He pensado seriamente en lo que dijiste ayer!
Víctor, rápido de reflejos, se apartó con disgusto.
Natalia, lamentablemente, no logró tocar su mano. —Si estás dispuesto a salir conmigo, podría permitir que Andrea viva con nosotros.
Todos sabían que Víctor era un adi
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