Capítulo 61
—Andrea, gracias.
Si no hubiera sido por Andrea, que irrumpió en mi vida, tratándome con sinceridad y amor...
Realmente no sé qué sería de mí ahora.
Guardé todos los dibujos que había hecho y finalmente apagué la computadora.
...
Andrea se despertó y lo primero que hizo fue correr hacia la puerta de mi habitación y llamar: —¡Mamá!
Abrí la puerta.
Al verme, Andrea tomó la iniciativa de decirme: —Voy a lavarme los dientes y a lavarme la cara.
—Vamos, vamos. —Dije mientras salía de la habitación, cerrando la puerta detrás de mí. —Después baja directamente, te esperaré abajo.
Andrea corrió de vuelta a su habitación: —¡Está bien, estaré allí enseguida!
Su prisa me hizo sonreír: —Pero por más que te apures, debes cepillarte los dientes cuidadosamente, ¡sin hacer trampas!
Andrea respondió: —¡Está bien!
Cuando llegué a la sala de estar.
Víctor ya estaba sentado allí, me miró y comentó con calma: —Estaré bastante ocupado estos días.
Entendí lo que quería decir: —¿Así que debo llevar y recoger a
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