Capítulo 17
Lucia recibió los regalos, agradeciendo uno por uno.
Al final, incluso derramó algunas lágrimas de emoción.
Su voz también se quebró: —No puedo creerlo, ¡mi sueño se ha hecho realidad! Ahora soy un miembro de esta familia. Estoy tan feliz.
—Ya no digas eso. —Sergio, como si no soportara verla llorar, intentó consolarla torpemente: —Mejor comamos, si no, la comida se va a enfriar.
Ellos, contentos y animados, se dirigían hacia el comedor.
Pero de repente, Sergio se detuvo.
Al volverse, se encontró con mi mirada, parado en la puerta.
La sonrisa de Sergio se congeló al instante.
Después de que se detuvo, los demás también miraron hacia mí. Al ver que era yo, sus rostros se tornaron sombríos.
Los observé.
En mi interior, una llama de ira comenzó a arder.
Habían pasado menos de siete días desde mi aborto...
Las personas que me hicieron esto, lejos de sentir algún remordimiento, parecían seguir adelante con sus vidas, celebrando con total despreocupación.
Retrasé mi mi
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