Capítulo 267
El calor de sus labios aún no se había disipado. Después de un largo tiempo, Amelia todavía no recobraba el sentido.
Hubo una risita en su oído. Levantó la cabeza aturdida, sólo para encontrarse con los ojos sonrientes de Robin.
Bajó la cabeza y volvió a besarla en los labios como si le dijera que todo en ese momento no era su ilusión.
Él tomó su mano y la miró sin decir nada.
Amelia lo miró y dijo: "Robin, dentro de unos días será mi cumpleaños".
"¿Qué regalo quieres?" preguntó.
"No quiero un regalo".
La voz de Amelia era muy suave y su corazón latía cada vez más rápido.
Volvió la cabeza y susurró: "Quiero hacerte un regalo".
"Puedes quedarte cuando llegue el momento".
"Te lo daré solo a ti".
De repente, él apretó más su mano.
Después de un largo rato, respondió: "Está bien".
Fuera de la ventana, los fuegos artificiales se apagaron y la temperatura bajó.
Por el contrario, la temperatura en la cabaña de Jackson y Jerome había subido a su punto máximo.
Desde el principio ya podía ver la

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