Capítulo 7
Elisa intentó explicarme varias veces, pero no logró decirlo.
Levanté de forma educada mi copa: —Si al profesor no le importa, tampoco me importa.
Diciendo esto, bajé la cabeza y tomé un sorbo de vino. Durante la comida, mi celular sonó sin parar. Lo saqué y lo miré.
Elisa me envió un mensaje: —Solo lo traje aquí de paso, no pienses demasiado en ello.
—Si te molesta, la próxima vez no lo llevaré.
Llegué al final, el último mensaje es:
—Después de la cena, volvamos a casa juntos.
Aclaré mi garganta y respondí mirando hacia abajo: —No es necesario, puedes irte con Lucas, yo conduciré.
Luego me concentré en comer y no presté más atención a sus mensajes.
Durante la cena, todos conversaron animadamente, recordando el pasado.
El profesor se puso aún más emocionado después de beber. Se levantó de la mesa y levantó su copa de vino para decirme:
—En aquel entonces, eras mi estudiante más destacado, y tu sueño siempre había sido estudiar y trabajar en el extranjero, pero no sabía por qué de repente decidiste quedarte en el país.
Después de una pausa, continuó diciendo: —Pero ahora, afortunadamente, vas a ir al extranjero, por fin podrás cumplir tu sueño.¡Me siento muy feliz por ti! Ven, brindo por ti, te deseo un buen viaje y un futuro brillante.
Sonreí con emoción y levanté mi copa, bebiéndola de un trago.
En ese momento, Elisa tenía una expresión aturdida, como si hubiera oído alguna noticia increíble.