Capítulo 12
Expliqué con indiferencia: —Oh, mañana tengo que ir a hacer los trámites para viajar al extranjero. De veras no puedo ir. Tu amiga se compromete, por razones de amistad y de lógica, deberías estar presente. No me importa estar solo.
Al oír eso, me miró y preguntó con cautela: —¿Si no vas, entonces puedo llevar a Lucas allí?
Si fuera en el pasado, al oír el nombre de Lucas, saltaría de ira.
Pero ahora solo sonreí y dije: —Está bien.
Ella intentó buscar en mi rostro alguna señal de celos, pero no pudo encontrar nada.
Ella no pudo evitar preguntarme: —Carlos, ¿por qué no sientes celos en absoluto?
La miré y pensé que era muy extraña, ¿no era ella la que más odiaba que me pusiera celoso antes?
Pero aún así dije: —¿Qué tengo de celoso? Él es buen amigo tuyo y también tiene buena relación con tu mejor amiga, claro que deberías llevarlo contigo, ¿no?
Ella abrió la boca varias veces como si quisiera decir algo, pero no lo hizo. Al final, dijo una frase.
—Entonces mañana por la mañana, te lleva
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