Capítulo 80 No sé si volverá

En ese momento, el anfitrión se acercó a saludar: —¡Ángel! Ángel sonrió y, al mismo tiempo, le susurró a Silvia: —Cuando empiece el baile, ve hacia la izquierda, yo te detendré. ¿Qué significa ir hacia la izquierda? Silvia no entendía, pero el hombre de mediana edad ya estaba frente a ellos, así que las preguntas que quería hacer se las tuvo que tragar. —Tío, —Ángel inclinó la cabeza. El hombre, cercano a los sesenta, mostraba una expresión afable y amistosa: —Tú siempre igual, Ángel. Todos vienen aquí para divertirse, la armonía trae prosperidad, pero tú lograste espantar a alguien. Sus palabras parecían una reprimenda, pero en realidad, su tono era más bien de broma, y era evidente que admiraba mucho a Ángel. Ángel también era muy cercano a él; Silvia nunca lo había visto hablar así con ningún otro mayor, ni siquiera con Emilio. —Tío, ¿me estás regañando? Solo me aseguré de eliminar a alguien que podría tener un impacto negativo, para que no manchara su barco con su presencia insigni