Capítulo 57: ¿Hacia quién corría?
Pasando por la heladería, Marta pidió caprichosamente a Ángel que le comprara un cono. Beatriz también mencionó que tenía sed y quería uno, lo que hizo que Ángel asintiera con indiferencia y les permitiera elegir.
Él vio un cono crujiente y recordó vagamente que a Silvia le gustaban, así que tomó uno. Pero al girarse, vio a Silvia desenroscando su termo para beber agua.
...
No era que a Silvia no le gustara el helado, pero había sufrido terriblemente de cólicos menstruales la última vez, pensando que fue un aborto espontáneo que había dañado su útero. Decidió cuidarse evitando cosas frías y heladas, y solo bebía agua tibia.
Ángel, sin expresión, devolvió el cono al congelador.
Marta soltó un grito cuando el cono derretido ensució sus dedos. Se limpió con un pañuelo, pero aún se sentía incómodamente pegajosa: —¿Hay un baño aquí?
—Sí, sí, justo allá, al girar la esquina,— indicó el gerente del centro comercial. Marta tiró el cono: —Ángel, voy a lavarme las manos, espérame.
Ángel estaba h
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