Capítulo 53: Un poco más como Alicia
Ángel se detuvo bruscamente, con el rostro helado de ira. Desabrochó los botones de su chaqueta, la quitó y la arrojó hacia Silvia diciendo: —Ve y cómprate algo de ropa para cambiarte.
Silvia no la atrapó; la chaqueta cayó al suelo.
El semblante de Ángel empeoró visiblemente: —¿Estás enfadada conmigo?
Federico no pudo evitar masajearse el puente de la nariz, pensando: —Dios mío...
Con calma, Silvia respondió: —He dejado ropa para cambiarme en el descanso, si no fuera por el Presidente Ángel, no tendría que gastar en otra camisa.
—¿Ni siquiera tienes dinero para una camisa? —Ángel sacó una tarjeta de su cartera y también la lanzó hacia ella; cayó al suelo.
La tensión entre ellos se mantenía.
Finalmente, Federico, incapaz de soportarlo más, recogió la chaqueta del suelo, sacudió el polvo, guardó la tarjeta en su bolsillo y cubrió a Silvia con la ropa: —Eh, el centro comercial está justo enfrente, seguramente venden ropa de mujer. Secretaria Silvia, ve y elige algo para cambiarte, está ha
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