Capítulo 48: La familia Fernández - Eduardo Fernández
El año pasado, en la conferencia anual del Grupo Iberia, Silvia giró y sin querer chocó con un caballero. A pesar de reaccionar rápidamente, terminó mojando la manga del hombre. Él, de buen carácter, no le reprochó su torpeza.
Silvia insistió en pagarle la camisa, aunque él rechazó la oferta repetidas veces. Solo tras su persistencia, él aceptó el dinero.
Habiendo compensado, Silvia no se sintió en deuda y dejó de pensar en el incidente, a pesar de que él lo mencionara, recordándoselo.
Fue entonces cuando Silvia realmente se tomó el tiempo para observar al profesor Eduardo.
Era joven y atractivo, con una piel clara pero saludable.
Llevaba unas gafas de montura dorada, y debajo de ellas, unas cejas negras y bien definidas. Sus ojos también eran claros y brillantes, evocando la sensación de tocar suavemente el agua fría de un río, una sensación refrescante y placentera.
Bajo sus ojos, su nariz era prominente y sus labios tenían un tono pálido. El contorno de su barbilla era suave, dand
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