Capítulo 44: Volver al trabajo

Ángel acababa de ducharse y, frente al espejo de cuerpo entero, empezó a vestirse lentamente, abotonándose la camisa. Dejó su teléfono móvil casualmente sobre el mueble. Sin emitir palabra, Silvia solo podía escuchar el roce de la tela rígida de la camisa, un susurro sutil pero constante. Esa era la desventaja de lo excesivamente familiar. Incluso sin mirar, solo con escuchar aquel sonido, su mente automáticamente recreaba la imagen correspondiente. Él prefería vestirse de negro, con camisa y pantalón oscuros, lo que hacía que su figura se destacara aún más esbelta y su presencia, más imponente. Después de abotonarse, levantaba la barbilla para ajustarse el cuello de la camisa, su línea mandibular tan definida como el ángulo del cuello de la camisa, y su corbata siempre en un nudo Windsor perfecto, tal como corresponde a un heredero de la familia Pérez. Luego escogía un reloj del enrollador... ¡Alto! Silvia cerró los ojos, frunciendo el ceño incómoda. Él ocupaba demasiados de sus recue