Capítulo 384 Ángel es lo suficientemente bueno para ella
Silvia se quedó parada un momento, luego dijo suavemente: —Eso ya terminó, no tengo ningún problema contigo. Es normal que las hijas no sean tan cercanas a sus padres cuando crecen; la mayoría son así.
Parecía que Sebastián no escuchó sus palabras, hablaba solo: —Pero tranquila, no volveré a hacer algo que te perjudique. Esos hombres han vuelto; esta vez te protegeré, incluso si significa morir para hacerlo.
Silvia se detuvo, sintiendo que había algo sutil en sus palabras, y frunció el ceño ligeramente: —Papá, ¿qué estás diciendo?
Sebastián simplemente sacudió la cabeza: —Nada, nada, me encargaré de ello. Todo será manejado limpiamente.
Llegaron a la boca del callejón, donde el taxi ya estaba esperando.
Sebastián colocó su maleta en el maletero.
Silvia recordó algo y le dijo: —Papá, aunque ese doctor te curó, es un poco extraño. Todavía no he averiguado de dónde viene. Si no es necesario, mejor no vuelvas a verlo.
Sebastián asintió en acuerdo.
Silvia subió al auto, que la llevó a la es
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