Capítulo 36: Estoy de acuerdo

Mateo acababa de dar un paso hacia fuera cuando, al instante siguiente, se encontraba frente a los invitados en el gran salón de banquetes de abajo, exhibiendo las pocas frases en inglés que sabía. —¡Damas y caballeros! ¡Tengo un anuncio importante que hacer! Escuchen todos, yo y... Silvia, sacando fuerzas de donde parecía no haberlas, se agarró del marco de la puerta para evitar ser arrastrada hacia fuera y con la otra mano empujó a Mateo con fuerza. Mateo, completamente desprevenido, fue lanzado por el impulso, cayendo sentado en el pasillo exterior, casi dando volteretas, ante la sorpresa de los invitados que se agolparon y estiraron el cuello para ver qué estaba ocurriendo. Silvia retrocedió rápidamente dos pasos, sin salir de la habitación, evitando ser vista por los invitados. Se calmó un momento y luego dijo de manera rápida y con voz baja: —¡Señor Mateo, basta de bromas! —Ni siquiera te conozco bien, mucho menos para hablar de matrimonio. No quiero casarme contigo, no tengo nin