Capítulo 362 Bloqueándola
Ángel tampoco esperaba que ella corriera hacia él, se quedó levemente desconcertado por un momento, luego extendió sus brazos, queriendo acogerla en su abrazo.
Pero Silvia no se lanzó a sus brazos, se detuvo justo frente a él.
Ángel sostuvo su cuerpo algo tambaleante, bajó la mirada hacia la cima de su cabeza y de repente sonrió: —¿Viniste corriendo hacia mí?
Silvia no sabía qué decir, apretaba fuertemente sus dientes traseros, y la punta de su nariz se tornó roja.
Ángel había empezado en broma, pero al ver que su rostro no estaba bien, dejó de sonreír: —¿Qué pasó?
Silvia tragó con dificultad, negó con la cabeza: —Quiero ir a casa, quiero volver con mis padres, ¿tienes alguna forma de llevarme de vuelta?
Ángel dijo: —Ahora estás restringida de dejar Ciudad Melcólica.
Silvia levantó la cabeza, sus ojos llenos de emociones fragmentadas: —¿Tú tampoco puedes hacer nada?
Ángel no respondió, este era Grupo Fernández, no era conveniente hablar allí. Se quitó su abrigo y se lo puso sobre ella.
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