Capítulo 297 Ángel Concede una vez más
La palma de su mano estaba caliente, una sensación que simplemente Silvia no podía ignorar. Involuntariamente, se tensó. Justo cuando estaba a punto de decir algo, Ángel la soltó y, con cortesía, incluso dio un paso atrás.
Era como si realmente solo hubiera estado ayudándola de manera caballerosa y nada más.
Silvia rápidamente ajustó su vestido, lo miró con extrañeza y extendió la mano: —Devuélveme la ropa.
Ángel le pasó el abrigo que sostenía en el brazo.
Silvia retiró la mano: —Quiero la ropa del profesor Eduardo.
Ángel entrecerró los ojos, y Silvia se vio obligada a explicar: —Es el abrigo del profesor Eduardo, necesito devolvérselo.
La expresión de Ángel parecía la de alguien que consideraba tirar el abrigo directamente a la basura.
Sin embargo, por alguna razón, tras unos segundos de duda, se lo devolvió.
Silvia lo atrapó rápidamente, sorprendida de lo fácil que resultaba comunicarse con él ese día.
—Un hombre que usa un perfume tan agradable, difícilmente puedes pensar que carece
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