Capítulo 17: Ángel Furioso

—Cabrón... —El idiota con la payasa, ¡que les dure mucho tiempo! Ese mismo día, Silvia empacó sus cosas de la oficina para llevarlas a casa, y debido al escándalo que armó, naturalmente no pudo ocultarlo a Laura, con quien compartía vivienda. Bajo la insistencia de Laura, Silvia finalmente le contó todo lo que había ocurrido recientemente. Laura empezó a maldecir a Ángel y Alicia durante media hora, cada vez más enfadada. Luego fue a la nevera, tomó una botella de cerveza helada y se la bebió de un trago. Se volvió hacia Silvia y preguntó: —¿Y entonces, renunciaste así nomás? Silvia, mientras se aplicaba ungüento en la pierna lesionada, respondió sin mostrar emoción: —¿No es lo que siempre quisiste, que me alejara de Ángel? Ahora renuncio y piensas que fui demasiado impulsiva. —¡Claro que no! Estoy muy feliz de que estés dispuesta a cambiar; es un buen progreso. ¡Solo pienso que ese par de desgraciados se salió con la suya! Después de maldecir, Laura frunció el ceño y preguntó con aire