Capítulo 163 ¿Te importa ella
Silvia, por fortuna, es una persona acostumbrada a la independencia. No necesita consuelo ni ánimo de nadie. Sus emociones, por intensas que sean, fluyen como agua derramada; una vez vertidas, se desvanecen.
Exhaló un suspiro, recuperando poco a poco la calma.
No hay prisa, no hay prisa. Lo intentará de nuevo. Seguro que se levantará.
......
Ángel no quería volver a su habitación, así que decidió bajar. Presionó el botón para descender.
El ascensor bajaba desde los pisos superiores y, al abrirse las puertas, Federico estaba dentro.
Federico notó inmediatamente la marca roja en la cara de Ángel y el piso en el que se encontraba. Levantó una ceja: —¿Viniste a ver a la secretaria Silvia?
Ángel solía llamar a Silvia “Señorita Silvia” con tono burlón, mientras que Federico la llamaba “Secretaria Silvia” por costumbre.
¿Por qué tenía esa costumbre?
Porque Silvia había trabajado junto a Ángel durante tres años.
Al pensar en esto, la expresión de Ángel se volvió aún más fría mientras entraba
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