Capítulo 118 El pequeño lunar rojo debajo del lóbulo de la oreja
Salió de IurisPro Abogados y Arturo se subió a su coche deportivo. De inmediato llamó a Ángel.
—Ángel, ¿adivina a quién me encontré en la oficina de Isabel?
—¿Eh?
—A la secretaria Silvia. —Arturo no podía evitar encontrarlo divertido. —No sé qué consulta estaba haciendo con Isabel. ¿Será que no le diste trabajo y está tan desesperada que va a demandarte?
Ángel se recostó en su silla, con una mano apoyada en la frente y los párpados ligeramente bajos, sus ojos con una expresión indescifrable.
Arturo continuó: —No sería un gran problema si hubiera ido con otro abogado, pero eligió a Isabel, y esa mujer es difícil de manejar.
Ángel solo respondió con un “oh”.
Arturo, sonriendo de manera despreocupada, dijo: —Pero, ya que somos hermanos, aunque sea difícil, te ayudaré a solucionarlo.
Ángel cambió de tema: —¿Cuándo será tu boda?
—Mi madre teme que algo salga mal, así que la fijó para el 5 del próximo mes. Quería pedirte que fueras mi padrino, pero mi madre dijo que has estado soltero todos
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