Capítulo 24
Desde que supo que Señorita Rosa no había huido de casa sino que se había trasladado al extranjero, Carlos ha estado frunciendo el ceño todos los días.
Cuando Señorita Rosa estaba presente, si cometían algún error, siempre había alguien que intercedía por ellos.
Siempre que Señorita Rosa intercedía, sin importar la gravedad del error, el señor imponía un castigo leve.
Ahora que ella no está, quienes sufren son los trabajadores.
Por alguna razón, en estos últimos días el señor ha estado no solo melancólico, sino también propenso a encontrar errores en otros.
El cocinero no preparó pasta por la mañana y él montó en cólera; nervioso, el cocinero se apresuró a cocinarla, murmurando: —Señorita Rosa no está, a usted no le gusta, ¿no es correcto no hacerla?
El jardinero podó dos árboles en el jardín y él le descontó dos meses de sueldo. El jardinero no comprendía; esos dos árboles fueron plantados por Señorita Rosa, quien insistió en que debían ser podados regularmente para crecer b
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