Capítulo 18
Después de cambiarse la ropa mojada, Rosa estaba pensando en una excusa para irse cuando Isabel, de repente, mencionó que tenía hambre.
Hugo la levantó en brazos sin más y se dirigió directamente al comedor.
Rosa solo pudo seguirlo con pasos menudos.
Tan pronto como se sentaron, el teléfono de Hugo comenzó a sonar.
Él lo sacó, le echó un vistazo rápido y luego presionó el botón para colgar.
De reojo, Rosa observó el nombre en la pantalla: Ana.
Justo entonces recordó algo importante que quería preguntar, pero el timbre sonó nuevamente.
Sin más, Hugo activó el modo avión.
Los movimientos de Hugo eran tan decididos y fluidos que Rosa se quedó estupefacta.
Dos minutos más tarde, el teléfono de Rosa también empezó a sonar, mostrando que era una llamada internacional.
Al presionar el botón para contestar, del otro lado se escucharon voces histéricas y coléricas.
—¡Rosa! Malvada, ¿dónde has llevado a Hugo?
—¿Cómo conseguiste este número?
Hugo, que estaba sentado cerca, escuchó cada palabra de
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