Capítulo3754
Todo lo que había pasado anteriormente, los tenía en desventaja por completo. Incluso sentían que ese tipo los tenía completamente controlados. Aunque no querían admitirlo, esa era la realidad, y esa sensación era insoportable, como si los estuvieran quemando con fuego del infierno en todo momento.
Si seguían así, seguro que alguno de ellos acabaría explotando de pura furia. Pensando en eso, Reinaldo miró a Simberto.
A diferencia de Hipólito, que tenía un temperamento explosivo, Simberto era maduro y equilibrado. Generalmente pensaba en el panorama general y rara vez perdía el control. Pero justo hacía un momento, Simberto se había levantado furioso, como si toda su paciencia se hubiera agotado, dejando solo una última línea de cordura.
Si esa línea se rompía, probablemente habría reaccionado de manera violenta. En eso, ese joven era un experto: sabía cómo hacer que la gente perdiera la cabeza. Reinaldo exhaló pesadamente. Ya era hora de terminar con esa situación. ¡Ese maldito deber
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