Capítulo 13
Bella
Después de eso, Herbert no dijo nada más y yo tampoco.
El ambiente dentro del auto se volvió muy silencioso.
Estuvimos así por un rato cuando, de repente, sentí que Herbert me estaba mirando.
¿Por qué me estaba mirando?
¿Había algo malo con mi atuendo? ¿O tal vez tenía algo pegado en el rostro?
Al fin y al cabo, estábamos camino a una reunón muy importante y mi vestimenta tenía que estar impecable.
Bajé la cabeza y examiné mi ropa.
Tenía puesto un traje formal negro que había combinado con una blusa blanca y mi cabello rizado estaba amarrado en un moño detrás de mi cabeza.
Además, tenía un par de aretes dorados. Eran muy simples y eran, más que nada, para estar a la altura de la ocasión de hoy.
Estaba vestida como cualquier oficinista. No creía que fuera gran cosa.
Aun así, Herbert me había estado mirando fijamente.
Justo cuando estaba a punto de preguntarle qué opinaba de mi atuendo, él habló primero.
"No tuviste tiempo de desayunar", me dijo. "¿Tienes hambre?"
Me quedé sorprendida después de escuchar esto. 'He estado trabajando toda la noche sin parar, es obvio que tengo hambre'. Pensé.
De todos modos, me había parecido un poco extraño que él me haya hecho esa pregunta.
No creía que él lo había hecho solo por gentileza.
Para asegurarme de sus intenciones, negué con la cabeza. "No tengo hambre". Respondí.
No obstante, en ese mismo momento, mi estómano rugió en protesta.
Al oír esto, me sentí muy avergonzada. Miré mi abdomen mientras maldecía para mis adentros. '¿Por qué tenías que hacer ruido justo en este momento?' Me pregunté. 'Qué vergüenza'.
Estaba pensando qué hacer para que desapareciera el aire de incomodidad en el que se había sumido el auto después de que mi estómago rugiera cuando, de repente, Herbert me arrojó algo.
Busqué el paquete, que había caído debajo del asiento, y lo cogí. Era un sandwich.
Al darme cuenta de esto, se me hizo agua a la boca. Estaba muy hambrienta.
"Faltan cinco minutos para llegar al lugar", Herbert dijo. "Será mejor que comas rápido".
Pese a que su voz tenía un tino de condesdencia, no podía negarle comida a mi estómago. Lo más importante en este momento era comer hasta saciarme, ya que iba a ser un día muy largo y ajetreado.
Abrí el envoltorio del sandwich y empecé a comer.
Sin embargo, comer un sandwich en el auto era muy incómodo, sobre todo si no tenía mucho tiempo para hacerlo. Cuando ya me había comido la mitad, tuve que darme unos golpecitos en el pecho para hacer que el pan pase por mi garganta.
Intenté tragarlo con todas mis fuerzas, pero no pude. Ni siquiera podía decir una palabra y sentía que me estaba atragantando.
"Señorita Stepanek, ¿desea tomar agua?" Escuché la voz de Connor decir. Levanté la mirada y vi que me estaba entregando una botella de agua.
Me apresuré en abrirla y tomar un gran sorbo.
Por fortuna no terminé atragantándome con la comida.
Me incliné para tocar el hombro de Connor, que estaba concentrado en el camino. "Gracias", le dije con sinceridad.
Luego volteé a ver a Herbert y no pude evitar poner los ojos en blanco. 'Este capitalista malvado realmente tiene un corazón muy oscuro', lo maldije para mis adentros. 'Ni siquiera se molestó en ayudarme, cuando vio que me estaba atragantando. Parece que, después de todo, él no es digno de mi confianza'.
...
Esta vez, la licitación atrajo a varias personas poderoas de las grandes empresas de la ciudad.
Los presidentes de las principales empresas estaban escuchando el resultado final en la sala de conferencias mientras que los altos funcionarios que seguían a las distintas empresas y yo estábamos sentados en las sillas del pasillo, esperando.
De pronto, me llamaron para responder algunas preguntas y, cuando terminé de hablar, vi la expresión de Herbert y me di cuenta que lo que había dicho no estaba tan mal, ya que su rostro era muy gentil. En realidad, su rostro atractivo me daba mucha confianza y eso me permitió responder la siguiente pregunta con convicción.
Aun así, estaba muy nerviosa. Tenía miedo de decir algo equivocado y que ese hombre, que por lo general estaba de mal humor, me culpara por el fracaso y las pérdidas que sufriera la empresa.
Si eso pasaba, no iba a poder seguir trabajando para él.
Estaba esperando ver qué pasaba. Era una espera muy inquietante.