Capítulo 30 Resulta que ya tenía un reemplazo preparado

El rostro de Silvia se oscureció y su tono de voz se volvió hostil, con una ira incontrolable que surgió en su pecho. Sin embargo, la familia Pérez ciertamente era alguien con quien no podía meterse. Ángel o Baldomero, si no fuera por la presentación de Ariadna, probablemente nunca los habría conocido en toda su vida. Pero, aunque ellos tuvieran poder e influencia, ¡no podían tratarla de esa manera! ¡Decirle que fuera la amante de alguien, solo una persona con la cabeza vacía podría proponer algo tan humillante! La primera impresión de Silvia de Baldomero, su fascinación y simpatía por él, desaparecieron por completo en ese instante. Solo que, debido a la avanzada edad de Ángel y la nobleza de su estatus, aunque Silvia estaba furiosa y quería gritar, no se atrevió a hacerlo. —Señor Ángel, ¿tiene algún otro asunto? Si no, me voy a buscar a mi amiga Ariadna. Silvia contenía su ira. Esta situación debía ser compartida con Ariadna cuanto antes. Ángel había llamado su aten