Capítulo 28 Sentir dolor por ella, ¿cómo no importarme?
Maika y Zulema siguieron a Silvia durante todo el trayecto. Después de que el avión aterrizó en Venturis, Silvia salió del aeropuerto, y al poco tiempo se acercó a un coche de lujo negro.
Ariadna estaba allí, de pie, sonriéndole cálidamente.
Silvia, con los ojos enrojecidos, se adelantó y la abrazó con fuerza, dándole dos golpes con los puños en la espalda.
—¡Maldita Ariadna! ¿Por qué no me dijiste algo tan importante? ¿Sabes qué? Cuando esa tal Maika, que dice ser la hija biológica de la familia Gutiérrez, armó un escándalo en la empresa, ¡todos quedaron sorprendidos!
Mientras hablaba, la voz de Silvia se quebró. Cuando Ariadna fue expulsada de la familia Gutiérrez, Silvia no estaba a su lado, y la única persona que realmente la había querido, la abuela María, estaba en una casa de reposo.
Se podría decir que en la familia Gutiérrez, Ariadna estaba completamente sola.
Solo podía ser intimidada.
—Ya estoy bien,—dijo Ariadna, dándole una suave palmada en el hombro a Silvia
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