Capítulo 953
Cipriano se acercó decidido.
Tomó un pastel completo para él solo.
Si no degustaba este pastel hoy, se sentiría tremendamente decepcionado.
Tras saborear unas cuantas bocadas, Cipriano expresó con satisfacción: —No está mal, ¡es el más exquisito que he probado! No es de extrañar que esta pastelería sea tan popular. Incluso si tuviera que hacer fila de nuevo, lo haría sin dudar.
Ana concordó: —Yo también haría fila sin pensarlo.
Hay negocios que realmente merecen prosperar.
Alejandro, al observar la actitud de Cipriano, frunció el ceño con cierto disgusto: —¿Ya has terminado?
Cipriano, al notar la mirada inquisitiva de Alejandro, captó de inmediato que había podido causarle algún malestar sin querer.
De forma apresurada, dejó el pastel que tenía en la mano y se excusó: —Casi olvido que tengo pendientes, me retiro primero.
Al llegar a la puerta, se detuvo, recordó algo importante y se dirigió a Alejandro: —Presidente Alejandro, su lesión ha mejorado, recientemente puede empezar a hacer a
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