Capítulo 950
Al ver la situación, un pensamiento saltó de inmediato en la mente de Ana: embarazo.
Cuando los síntomas de náusea de Lourdes comenzaron a aliviarse, Ana le ofreció enseguida un vaso de agua.
Lourdes, pálida, tomó un sorbo de agua y se sintió algo mejor: —Lo siento, últimamente no soporto el olor a pescado.
—No te preocupes, justo ahora tampoco tengo muchas ganas de comer pescado, que lo quiten, por favor. —Ana sonrió suavemente.
Lourdes asintió sin insistir: —Está bien, gracias.
Después de que se retirara el pescado, Lourdes no comió mucho. Probablemente no tenía mucho apetito, pero para no afectar a Ana, intentó comer un poco.
El embarazo realmente transforma el cuerpo de una persona, hasta los hábitos alimenticios pueden cambiar.
Antes, cuando venía a comer aquí, solía comer bastante de estos platillos, pero hoy, después de probar un par de bocados, no podía dejar de sentir que no tenían sabor y no tenía ganas de comer.
Incluso, al intentar comer más, sentía ganas de
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