Capítulo 878
Pablo se rascó la cabeza.
No se atrevió a mirar a Ana.
Temía que Ana estuviera de acuerdo con lo que iba a decir.
—Le mandé varios mensajes por WhatsApp a Haila, también le llamé varias veces, pero no me respondió ni contestó ninguno. Ayer fui al Hospital del Sol y vi a Haila, también vi a ti y a Alejandro.
Ana observó la preocupación de Pablo y, con voz grave, le respondió: —Es mejor no molestar a Haila por ahora.
Pablo, al escucharla, palideció de inmediato.
Aunque ya sabía lo que había pasado, no pudo evitar sentirse furioso y, apretando los dientes, dijo: —¡Esos chicos están pidiendo a gritos que los maten!
Haila era una persona tan orgullosa, que parecía no importarle nada. Era extrovertida, le gustaba hacer amigos, pero su corazón era simple.
¡Esos chicos eran demasiado osados!
—Vamos arriba. —Ana echó un vistazo a los compañeros que seguían marcando la entrada al trabajo.
Pablo, con los dientes apretados, asintió.
Una vez que llegaron al piso de arriba y qued
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