Capítulo 858
Ella no le dio mucha importancia.
Había muchos amigos en el club social.
Pero lo que Ana no esperaba era que Alejandro regresara a la mañana siguiente.
Estaba algo ebrio.
Caminaba como si pisara espuma.
—¿Estás borracho? —Le preguntó ella.
Alejandro, que rara vez bebía hasta el punto de tambalearse, sostuvo el rostro de Ana con ambas manos y le dio un beso fuerte en los labios.
Ana no esperaba ese gesto: —¿Qué haces?
—Te extrañaba.
Dijo Alejandro con énfasis, y la besó de nuevo.
Ana no tenía suficiente fuerza para resistirse ante él.
Alejandro frente a ella era como un muro impenetrable.
El beso dejó a Ana con la mente en desorden.
Además, Alejandro conocía muy bien su cuerpo y comenzó a tocarla de manera desordenada.
Alejandro borracho era un loco.
Pasaron una mañana frenética en la cama.
Las sábanas estaban un desastre.
En el suelo, había varios preservativos usados esparcidos.
Ana tardó en recuperar su estado normal y no sabía cuánto tiempo había e
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