Capítulo 61

En esta vida nueva, no le teme a nada. Tiene el apoyo de su familia y amigos, y el valor de quemar las naves. Apretando el dolor en su corazón, Ana dijo finalmente, —Señora Martínez, antes estaba ciega tratando de agradarles. Usted no merece ser mi madre. Laura miró el teléfono con la llamada terminada, con la mente zumbando. No sabía por qué, pero no podía dejar de pensar en las palabras de Ana. ¿Decir que no merecía ser su madre? Ella era la esposa de Diego, una figura prominente en Ciudad A. Sus tres hijos eran sobresalientes en sus respectivos campos, y su hija Carmen era hermosa y talentosa. ¿Solo porque Ana, la hija equivocada, no cumplía con sus expectativas y requería más educación, eso significaba que no merecía ser su madre? Antes, Laura no habría tomado en serio las palabras de Ana, pero ahora, se sentía incómoda por todos lados. Carmen observó a Laura con el ceño fruncido, sintiéndose inquieta. —Mamá, ¿la hermana sigue sin querer disculparse y no quiere resolver este asunto