Capítulo 612
Dos personas vestidas con el mismo pijama, abrazadas estrechamente.
El calor de sus cuerpos se transmitía a través de la suave tela.
Una hora después, finalmente abandonaron el vestidor.
Sin embargo, los pijamas permanecieron allí.
Se dirigieron hacia la cama.
No sé cuánto tiempo transcurrió, pero el exterior era extremadamente frío y oscuro.
Ana, cubierta de sudor, se recostaba en el brazo de Alejandro, quien la guió al baño para sumergirla en la bañera.
—¿Te ha gustado mi regalo de bienvenida? ¿Fue suficiente?— Alejandro susurró suavemente en su oído.
Ana, visiblemente ruborizada, revivía la escena en el vestidor y sentía un calor abrazador en todo su cuerpo, incapaz de mirar directamente al hombre que tenía frente a ella.
Nunca imaginó que ese hombre se arrodillaría...
Simplemente fingió estar exhausta y se quedó dormida.
Ella no podía igualar su audacia.
—
Hoy, Manuel padecía un raro caso de insomnio.
Se revolvía en la cama sin encontrar el sueño.
La inusual pregunta de Alejandro r
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