Capítulo 571
En la pequeña casa antigua, el salón está completamente desordenado.
Entre los rincones se esparce un olor desagradable y persistente.
El vecino vuelve a aparecer en la puerta y pregunta: —¿Qué están haciendo en casa? Huele horrible. ¿Podrían dejar de hacer lo que sea que están haciendo? Si es un problema de higiene, deberían limpiarlo de inmediato.
—Está bien, ya estamos ocupándonos.— Gustavo responde con humildad.
El vecino no tiene más que decir.
Al cerrar la puerta, Gustavo se gira, observa el salón desordenado y luego a Laura, que yace en el sofá.
La mujer, que en algún momento perteneció a una familia adinerada y respetada, ahora parece casi una mendiga.
Gran parte del mal olor proviene de ella.
Él trabaja todos los días entregando pedidos a domicilio, sin tiempo para cuidarla. José, aunque está en casa todo el día, solo come, duerme o bebe y, tras enfrentar un revés, nunca logra recuperarse.
En cuanto a Sergio, siempre está fuera y apenas gana dinero.
Gustavo casi no puede sopor
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