Capítulo 451
Al ver que cerraban la puerta sin compasión, Carmen sabía que ya no se ocuparían más de ella, apretando los dientes de rabia.
Solo le quedaba marcharse.
No tenía dinero en la tarjeta del banco; solo unos pocos cientos de dólares en WhatsApp.
¡Todo su dinero sumaba apenas unos cientos de dólares, insuficientes incluso para una noche en un hotel!
Mirando a los peatones que pasaban por la calle, Carmen se agachó y comenzó a llorar desconsoladamente al lado de la acera.
Había llamado a todos sus amigos hace un momento, y aquellos que decían ser sus buenos amigos ahora no respondían.
Incluso la habían bloqueado en WhatsApp.
Las noticias sobre ella se esparcían por todas partes y, dondequiera que iba, la gente la reconocía.
En ese momento, alguien la llamó. Pensando que era José, contestó el teléfono de inmediato con ansiedad.
—Carmen, realmente eres despreciable. Siendo tan baja, ¿por qué no te vendes? Ahora ni la familia González ni la familia Martínez te querrán. Me has hecho sufrir tanto
Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil