Capítulo 410
—Su jarrón no está tan roto como este que estamos arreglando ahora. ¿Por qué afirmaste que era irreparable con solo mirarlo? ¿Existe alguna razón?
Don Fernando también estaba intrigado. —¿El jarrón presenta algún problema?
Ya sospechaba que debía haber algo más.
Ana decidió no ocultarlo. —Este jarrón realmente presenta un problema; no se utiliza para decorar, sino para venerar ciertas entidades malignas con el fin de alcanzar objetivos que no deben ser revelados.
El brazalete en la muñeca de Leticia también era problemático.
Leticia albergaba intenciones malévolas.
Don Fernando, asombrado, inquirió, —¿Se utiliza para contener entidades malignas?
No sabía mucho al respecto, pero la Hermana Ruiz sí.
Y Ana había sido instruida por la Hermana Ruiz.
Don Fernando confiaba en Ana.
—No es de extrañar que, al entrar, sintiera una incomodidad generalizada; no podría especificar qué era, pero esa sensación desapareció cuando ella se marchó,— Pablo comentó, dándose cuenta tarde de lo ocurrido.
—Yo
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