Capítulo 391
Elena, resignada, dijo: —Primero suéltame; tampoco hace falta que te arrodilles.
Luego miró a Ana. —Ana.
—Madre, simplemente estaba de paso y decidí visitarte —dijo Ana.
Se acercó a la mesa, se sirvió un vaso de agua y también le sirvió uno a Javier.
Le preguntó a Javier: —¿Qué te trae por casa hoy?
—Vine a recoger algunas cosas y, sin esperarlo, me encontré con una persona hipócrita acosando a mamá de manera vergonzosa. Supongo que ella vino solo para montar un espectáculo frente a los demás. ¡Realmente piensa que todos son tontos, dejándose manipular por ella! —dijo Javier con resentimiento.
Cada vez le molestaba más Carmen.
¿Quién le había dado a Carmen el valor de venir aquí todos los días para llamar la atención?
Carmen, con el rostro rojo de vergüenza, replicó: —No es como dices.
—Tu madre tuvo un accidente de coche, y ahora, más que nunca, necesita a alguien que la cuide. Deberías regresar y no fallarle en su crianza —dijo Elena con seriedad.
—Yo...
Carmen miró a Ana. —Ana, cono
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