Capítulo 367
Era tan extraño que ella no sabía qué decirle.
¿Cómo es posible que, siendo tan cercanos, de repente se sienta tan extraño?
Beatriz sentía que su corazón estaba enfermo.
—Bea, ¿estás bien?
Ana le pasó una botella de agua.
Beatriz la tomó y, después de beber varios sorbos, su emoción se calmó.
Pero sus ojos aún estaban algo rojos.
Viendo el estado de Beatriz, Ana estaba algo preocupada.
—Estoy bien, solo que no sé por qué me siento tan complicada; es una complejidad que no puedo describir —dijo Beatriz con una mirada distante.
Había un pánico indescriptible en todo su ser.
Ana la consoló suavemente: —Estoy aquí para ti, Bea.
Al oír esto, Beatriz abrazó a Ana. —Ana, no quiero ser tan melodramática, pero es que...
En ese momento, realmente sintió que Bryan era un extraño.
—Lo entiendo —Ana le acarició la espalda suavemente.
El teléfono de Beatriz de repente sonó.
Beatriz cogió el teléfono y se quedó atónita al ver quién la llamaba.
—Él me llamó.
Ana dijo:
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