Capítulo 344
Ana abrió la puerta, visiblemente confundida.
—¿No trajiste la tarjeta de la habitación?
Justo al abrir, su confusión se hizo evidente.
Pero lo que siguió a continuación cambió todo: —¿Cómo es que eres tú? Carlos, ¿cómo encontraste este lugar?
Carlos vestía un traje negro, el uniforme de los empleados del hotel. En su placa se leía 'Carlos'.
Sus ojos, casi codiciosos, devoraban a Ana, escudriñando el interior del suite detrás de ella, el más caro del hotel, y se llenaron de repente de envidia.
—¡Ven conmigo! Querida, ¿no ves que Alejandro solo juega contigo? Lugares como la gran casa no son para ti. Las familias García y González no son iguales, los González ya te han causado suficiente dolor, sin mencionar a los García. ¿Por qué permites ser un juguete para Alejandro? —Carlos tenía los ojos enrojecidos, como si estuviera usando toda su fuerza para hacer que Ana despertara.
—¡Carlos, eres insoportable! Ya no tenemos nada que ver el uno con el otro, acosarme no te beneficia en nada, —re
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