Capítulo 329
La voz era involuntariamente suave: —Comamos primero.
—Sí.
Ana se sentó en la cama del hospital, observando los fideos tiernos y apetitosos: —Comamos juntos.
Eduardo llevó café y sándwiches para Alejandro.
Él ya había desayunado en el hotel.
El silencio dominaba la habitación del hospital; solo resonaban los sutiles sonidos de Ana y Alejandro comiendo.
Diez minutos más tarde, Ana había terminado todo el plato de fideos.
Alguien tocó la puerta.
Ana pensó que sería el doctor, por lo que se sorprendió al ver a una mujer vestida con ropa de hospital.
La chica parecía tener su edad, aunque un poco más delgada, con ropa hospitalaria que le quedaba grande.
Una chica muy hermosa y adorable, con un tipo de apariencia que despierta ternura en quienes la miran. Cuando te mira con esos ojos brillantes, hay una pureza en ellos.
Es una chica muy hermosa en todos los sentidos.
—¡Señorita Sofía!— exclamó Eduardo, sorprendido.
No esperaba que Sofía Herrera apareciera.
Se volvió hacia Alejandro, quien
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