Capítulo 324
—Eduardo posee habilidades fotográficas comparables a las de un profesional. Ya hemos organizado el itinerario de mañana. Menciona que existe un bosque de palmeras particularmente hermoso para la fotografía, y realmente estoy entusiasmada con el viaje.
Ana, al observar a Alejandro revisar la cámara, lo expresó de inmediato.
Alejandro arqueó una ceja. ¿Acaso no planeaba acompañarle?
El itinerario prometía ser bello, y las fotografías resultaron bien, pero lo dejaron a él fuera.
—¿Tienes... algún problema? —Ana lo miró, confundida, hacia su perfil severo y frío.
El cambio en el ánimo de Alejandro en los últimos días era realmente indescifrable.
—No es nada, —respondió Alejandro, con un tono frío.
Había una sensación de distancia.
Ana no indagó más.
Nada era más importante que disfrutar primero de una buena comida; el resto lo resolverían después de comer.
Veinte minutos más tarde, ambos terminaron de comer y subieron a una furgoneta empresarial.
Alejandro fue parco en palabras durante el
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