Capítulo 31
Ambos apartaron la mirada al mismo tiempo.
Alejandro miró a Eduardo, su asistente especial.
—Resuélvelo tú.
Dicho esto, se alejó a grandes zancadas de la puerta de la oficina, como si solo estuviera de paso.
Eduardo sabía la verdadera relación entre su jefe y Ana: un matrimonio secreto que nadie debía conocer. Por eso, en ese momento, no saludó a Ana.
Sin embargo, el hecho de que su jefe le ordenara resolver la situación indicaba que no quería que Ana fuera maltratada.
Aunque Ana no solo no fue maltratada, sino que, de hecho, mostró gran valentía al golpear a alguien...
El problema radicaba en que la esposa de Diego trataba mal a su propia hija y, para colmo, hoy tuvo la mala suerte de encontrarse con el jefe.
—Revisa las cámaras de seguridad y verifica si han acusado falsamente a los empleados del hotel. Si es así, llama a la policía de inmediato.
Estas palabras sorprendieron al gerente.
El rostro de Laura cambió de color. —¿Qué?
Carmen también se quedó atónita. —¿Así es como resuelve
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