Capítulo 17
—¿Cuánto más? —preguntó Ana.
Llegar temprano no era un problema. Habían acordado terminar a las tres de la tarde y retrasarse una hora no era un inconveniente. Ella quería terminar este trabajo lo antes posible, pues tenía otros planes en mente.
—Diez mil dólares, ¿qué te parece?
Si esto hubiera sido hace unos días, Ricardo no se habría atrevido a subir el precio. Pero después de ver la técnica de restauración de Anita con sus propios ojos, que era superior a la de los maestros del sector que había contratado antes, cambió de opinión.
Incluso había decidido que, después de terminar con estos dos cuadros, recomendaría a Anita a una casa de subastas.
Ana aceptó la oferta sin pensarlo mucho.
Pablo quería decir algo, pero recordó la advertencia de su abuelo y decidió guardar silencio.
——
En la casa de los González.
Diego, que acababa de regresar de un viaje de negocios, escuchó a Laura relatar lo sucedido en la llamada telefónica con Ana el día anterior. Enfurecido, arrojó con fuerza el va
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