Capítulo 1489
—¿Cuánto tardarás en llegar a casa? —Preguntó Alejandro, quien en realidad no deseaba continuar hablando sobre Verónica.
Ana también decidió dejar el tema a un lado: —Unos treinta minutos más, ¿ y ya estás en casa?
—Acabo de entrar. Te esperaré.
—De acuerdo.
...
Alejandro se dirigió directo al balcón, abrió la ventana y encendió un cigarrillo.
Luego llamó a su asistente, Eduardo.
—Investiga todo acerca de Verónica y, cuando tengas la oportunidad, reúnete con ella. Dile que se mantenga alejada lo suficiente de Ana, y si descubro que ha vuelto a hablar mal de Ana en su presencia, no la perdonaré en lo absoluto.
—Entendido. —Respondió el asistente Eduardo, temblando un poco.
¿Acaso Verónica no había entendido la situación?
Cualquier persona inteligente habría aceptado el dinero del acuerdo y se habría retirado de manera discreta, lo suficiente para vivir cómodamente el resto de su vida.
Pero ella, por una razón que aún no comprendía, seguía buscando problemas.
¿Creía Verónica que los

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil