Capítulo 115

Él pensaba que nunca podría enamorarse de otra persona en esta vida. ¡En esta vida solo le gustaba Ana! Ana sonrió y le deseó, —que te recuperes pronto. Cuando Ana fue a pagar, Pablo llamó a su tío Caio. Tras colgar, él se quedó recostado en la cama del hospital. A pesar del dolor en la pierna, se sentía muy feliz por dentro. —— Ana recogió el informe médico. Estaba a punto de entregárselo al doctor cuando de repente escuchó una voz sorprendida. —¿Anita? —¡Eres tú, Anita! Al escuchar las dos voces familiares, Ana levantó la mirada con expresión fría. Porque enfrente estaban Carlos y también Sara. Carlos se acercó rápidamente y dijo, —Anita, ¿has venido a ver a mi madre? ¿Ya te has calmado, verdad? —Anita, ¿viniste a visitar a tía? Ella te ha extrañado estos días, — continuó Sara. Su tono era el de siempre, pero en su corazón se sentía frustrada, especialmente cuando su hijo le reprochaba que no había resuelto los malentendidos al llamar a Elena, y la situación entre ellos se había vuel