Capítulo 38

Lucille se expresó con elocuencia, ni muy rápido ni muy lento, asegurándose de que todos pudieran entenderla. “Ocurrió la semana pasada, en la noche de mi fiesta de cumpleaños número 19. Lo recuerdo perfectamente. No tengo muy buena relación con mis compañeros, por lo que no invité a ninguno de ellos a la fiesta. Imaginen mi sorpresa cuando vi que todos estaban ahí. Resultó que fue Zoey quien los había invitado, sin mi consentimiento" dijo Lucille. "Esa noche, descubrí que Zoey estaba teniendo un amorío con mi prometido. Intenté interrogarla, pero ella se arrojó intencionalmente por las escaleras y tuvieron que llevarla al hospital, y así es como pudo huir del lugar". Luego continuó: "Después de eso, sus hijos, a quienes ustedes consideran tan puros e inocentes que ni siquiera se atreverían a pisar una hormiga, me arrojaron al agua. Lo hicieron para vengarse por Zoey, y yo casi morí ahogada". Lucille exhibió una sonrisa, pero sus ojos estaban llenos de algo maligno, frío y demoníaco. "