Capítulo 12

Zoey se quedó donde estaba, con la cara pálida y los labios temblorosos sin saber cómo responder.  Jenny, por su parte, apretó los dientes y se puso furiosa: "¡Sin duda, alguien ha editado el vídeo! ¡Tal vez incluso se utilizó la tecnología de IA para intercambiar los rostros! Lucille, ¡no tienes vergüenza! Primero casi matas a Zoey y ahora intentas inculparla".  "Así es, obviamente es un video falso. ¿Cómo Zoey podría ser una persona así?".  "¡Lucille Jules, has ido demasiado lejos! ¡Ya muérete!".    Lucille sonrió. A decir verdad, aunque había vivido situaciones similares durante su estancia en Dilsburg, su familia siempre la había protegido. La gente que la rodeaba también la trataba con amabilidad, teniendo en cuenta su origen. Por lo tanto, era la primera vez que se encontraba con gente tan desvergonzada que podía mentir sin pestañear. Y lo que más le llamó la atención es que no tenían ningún remordimiento.  Sin decir una palabra, reprodujo la escena en la que la propietaria original es empujada al estanque y muere ahogada por su culpa. Los gritos de ella en el vídeo eran agónicos y desgarraban los oídos. Solo escucharlos ponían los pelos de punta.  "¡Socorro! ¡No sé nadar!". "Por favor, sálvenme. Juro que no la empujé". "Me equivoqué. Si hubiera sabido que esto pasaría, no habría elegido nacer en este mundo..." Esa fue la última frase que pronunció.  Tras decir esas palabras, pareció haber perdido toda voluntad de vivir y permitió que el grupo de personas la presionara bajo el agua.  ¿Qué hicieron entonces esos asesinos? Se rieron y la insultaron. La regañaron diciéndole que merecía morir. Nadie la creía. Todos pensaban que merecía morir. Fueron ellos quienes la empujaron a un callejón sin salida. Luego de un momento, Lucille apagó el vídeo y miró a la multitud, que se había puesto pálida. "¿Qué pasa? ¿También quieren acusarme de editar este vídeo?". Todos los implicados en este asunto sabían lo que había ocurrido. Llenos de culpabilidad, dieron un paso atrás y permanecieron en silencio. Jenny no pudo contener más su ira y se levantó, diciendo con severidad: "¿Y qué? He dicho que tú te lo has buscado. Te lo merecías". Lucille se rio en lugar de enfadarse. "Si merezco morir o no lo determinará la ley. Pero en cuanto a ustedes, ¿necesitan que les enseñe sobre la ley? ¿No son todos estudiantes de medicina? ¿Saben el tipo de castigo que recibirán por el delito de asesinato intencionado?". "Según el artículo 232 de la Ley Penal de nuestro país, el homicidio doloso se castiga con la pena de muerte, cadena perpetua o prisión de más de 10 años". "En caso de delito menos grave, la pena será de prisión superior a tres años e inferior a diez". "En lugar de pensar en cómo enmendar y reducir su sentencia, ¿siguen aquí hablando en favor de Zoey Johnson? ¿Les ha lavado el cerebro?". La cara de Jenny se puso tan blanca como una sábana ante la acusación. Al igual que el resto, Zoey tenía la cara pálida y las manos colgando con fuerza a los lados mientras rezumaba odio en sus ojos. '¡Esa m*ldita Lucille! ¡Cómo se atreve a atacarla así!'. De repente, Jenny entró en pánico y perdió la compostura. Ella había tomado la iniciativa en el incidente de ese día. Si eran condenados, ella tendría sin duda el cargo más grave. Aún era joven y la idea de pasar el resto de su vida entre rejas le resultaba insoportable. Sin embargo, enseguida recuperó la confianza. "No pienses ni por un segundo que me intimidan tus amenazas legales. Mientras lo neguemos todo, ¿qué pueden hacer? ¡La ley no nos hará responsables a todos! Y además, estás aquí con nosotros, ¿dónde están las pruebas de que pretendíamos matar a alguien?". Lucille se burló con la cabeza gacha. "¡Si yo no estuviera aquí, serían acusados de asesinato, mis tontos amigos!". De hecho, todos habían sido asesinos. La dueña original de este cuerpo fue asesinada, ¡y una vida inocente fue tomada! ¡Lucille la ayudaría personalmente a hacer justicia! "Es inútil que intentes salirte con la tuya", dijo Lucille con frialdad. "¡Lleva tus excusas a la policía, donde perteneces!". Tras apagar el vídeo y sujetar el USB en la mano, se dio la vuelta y se marchó.  A cada segundo que pasaba se sentía más asqueada por este lugar inmundo.  Cuando los demás se enteraron de que iba a llamar a la policía, cundió el pánico entre ellos  "¡Zoey!", gritó Jenny mientras la buscaba. "¡Por favor, ayúdanos! ¡Solo lo hicimos por ti!".    Zoey se mordió el labio con fuerza, reprimiendo su odio incipiente, y persiguió a Lucille. Se acercó corriendo, agarró la muñeca de esta y dijo con desesperación en la voz. "¡Por favor, no seas tan fría, Lucille! Me arrodillaré ante ti si es necesario, ¡pero por favor no les pongas las cosas difíciles!". ¡PAF! Zoey cayó de rodillas.  Cuando un chico que estaba enamorado de ella vio esto, se puso furioso.  "¡Zoey, no te arrodilles ante ella! ¡Deja que llame a la policía si quiere! Con tantos de nosotros, ¿tenemos miedo de ella?".    "¡Exacto!", coincidió otra persona. "Te ha estado acosando. No tenemos por qué aguantarlo". Jenny se sintió profundamente conmovida al ver que Zoey se arrodillaba y pedía clemencia en su nombre. En un momento de acalorada pasión, exclamó: "¡Zoey, levántate! ¡No le tengo miedo! Quiero ver lo que puede hacernos".  Jenny tenía motivos para estar segura de sí misma. Su familia era poderosa e influyente, mucho más que la familia Jules. Por lo tanto, no tenía nada que temer.  Al oír sus palabras, los individuos que habían participado en el asalto recobraron inmediatamente el valor, el miedo en sus corazones se desvaneció y su anterior arrogancia regresó.  "No tengas miedo, Zoey. Te protegeremos".  "¡No te preocupes, no dejaremos que Lucille se libre!". Los ojos de Lucille eran fríos y distantes mientras miraba a la llorosa Zoey. Sus labios se curvaron en una sonrisa socarrona. Ya estaba harta de esta treta. Pero, ¿tenía Zoey otros trucos bajo la manga? Lucille sabía que era bastante astuta. Cada vez que ella jugaba la carta de víctima, este grupo de tontos detrás de ella caía en su trampa. No era de extrañar que la dueña original de su cuerpo fuera pisoteada y maltratada por su hermana. Lucille resopló fríamente e ignoró a Zoey, quien se estaba dejando ayudar a levantarse por los demás. Justo en ese momento, cuatro agentes de policía entraron en la habitación. "¿Quién de aquí conoce a Lucille Jules?". "Soy yo", respondió ella dándose la vuelta. Mientras esperaba a que la recogieran esa mañana, Lucille ya había llamado a la policía, decidida a resolver el asunto hoy mismo. Las imágenes de vigilancia habían sido entregadas a la policía y ella creía que pronto se haría justicia. ¡La ley nunca dejaría escapar a un culpable! El agente entró y dijo: "¿Así que usted fue la que denunció que alguien había intentado matarla? Los sospechosos están todos aquí. Vengan con nosotros". El policía sacó su libreta y fue diciendo uno a uno los nombres de los participantes. La multitud se acobardó de inmediato y balbuceó: "Agente, no pretendíamos matar a nadie. Solo era una broma inofensiva". El agente frunció inmediatamente el ceño y le regañó: "¿Una broma? ¿Te tomas la ley a broma? Aunque solo estuvieras jugando, tu imprudencia casi causa la muerte de alguien. ¡Eso sigue considerándose intento de asesinato! Llévenselos". Otros agentes se apresuraron a entrar y se prepararon para llevarse a los sospechosos. El grupo miró inmediatamente a Zoey con pánico. La noche del incidente, ella les informó solemnemente de que había pedido a Samuel que borrara las imágenes de vigilancia por si acaso. Sin embargo, para su sorpresa, las grabaciones acabaron en manos de Lucille. De todos modos, los datos de las cámaras de vigilancia habían sido borrados. Creyeron que podrían salirse con la suya afirmando que la grabación en posesión de Lucille era una falsificación. Reconfortados por la creencia en su propia inocencia, el grupo se mofó de Lucille y se dispuso a marcharse. "¡Vamos!", dijo Jenny burlándose de Lucille: "¡La reto a que intente usar esas imágenes para condenarnos!".