Capítulo 59

“¡Ah!”. En un abrir y cerrar de ojos, Norman se agachó en el suelo después de que Severin lo agarrara del brazo. El agarre de Severin era como un par de abrazaderas de hierro, agarrando su muñeca firmemente e impidiéndole moverse ni siquiera un centímetro. Severin ya estaba haciendo todo lo posible para soportar toda la situación, pero el hombre no se dio por vencido y continuó sobrepasando sus límites, ¡llegando incluso a querer abofetear a su mujer! No podía evitar enfadarse cuando las cosas habían llegado tan lejos. Un hombre en el lugar de Severin nunca permitiría que otra persona se meta con la mujer que había sufrido cinco años por su causa. Severin ejerció un poco de fuerza y rompió el brazo del hombre con un chasquido seco. “¡AGH!”. Las venas de la frente de Norman se hincharon debido al dolor insoportable, y todo lo que hizo falta fue un pequeño empujón para que colapsara en el suelo. “¡Ah, duele!”. Gotas de sudor frío gotearon por la frente de Norman. Nunca imaginó que Se